El espíritu histórico que perdura eternamente en Calafell

Ir a Calafell puede parecer que es sinónimo de mar por su privilegiada ubicación en la Costa Dorada. Pero, en realidad, este municipio tiene un carácter especial y apuesta por alternativas singulares más allá de los encantos naturales que le brinda el Mediterráneo.

Calafell

Una de estas opciones distintas es el patrimonio histórico de Calafell, marcado, sobre todo, por el legado de las civilizaciones íbera y romana, entre otros ‘antepasados’ que han construido el Calafell que se conoce hoy.

Turismo de Calafell recomienda cuatro visitas indispensables dentro de su municipio para formar un itinerario que permita conocer su historia:

Ciudadela Ibérica

Probablemente, la joya de la corona del legado patrimonial de Calafell. Es un yacimiento arqueológico íbero, de los más destacados del país y el primero en llevar a cabo una reconstrucción arquitectónica in situ, mediante arqueología experimental, es decir, que los profesionales, con las evidencias arqueológicas estudiadas, han reconstruido parcialmente el yacimiento para que el visitante experimente cómo vivía hace 2500 años esta antigua civilización tan importante en la península.

De hecho, es miembro de la red internacional EXARC (European Exchange on Archaeological Research and Communication) por su filosofía didáctica y trabajo experimental, convirtiéndose en un auténtico Museo Arqueológico al Aire Libre . También forma parte de la Ruta de los Íberos creada por el Museo Arqueológico de Cataluña.

Villa romana El Vilarenc

Aquí se realizó la primera excavación con fines científicos de Cataluña, hecho que ya revela que se trata de un yacimiento con particularidades únicas, muy especial para visitar. Se trata de un asentamiento romano -de 1.000 m2– con una casa de campo de la cual se conservan algunos restos que revelan la disposición interna del edificio y elementos decorativos, que, a su vez, tienen un especial interés arquitectónico. También se preservan dos cisternas que proveían las aguas termales de la zona. En el futuro, se prevé que se convierta en un espacio museístico, con imágenes que mostrarán cómo era la zona e información sobre la evolución del asentamiento con el paso de los siglos.

Castillo de la Santa Creu

Es otra de las paradas obligadas de Calafell en esta particular ruta patrimonial. Sus orígenes se remontan, pero, siglos más tarde, a la época medieval – la primera evidencia escrita de esta fortificación es del año 1037. Está ubicado en una pequeña colina, y, desde la cima, se ve una panorámica de las llanuras del municipio y de sus playas. En los alrededores, se halla un parque arqueológico outdoor que narra varios momentos claves de la historia de Calafell.

La visita puede ser muy fructífera, ya que se conservan diversas partes, como la muralla al completo, las aspilleras de defensa, cisternas y la iglesia románica adjunta, que, a su vez, conserva varias pinturas de la época. Todo el núcleo antiguo también es de origen medieval, con lo que el paseo hasta llegar a la fortificación está lleno de encanto y detalles históricos.

Casa Barral

La última parada de esta particular ruta es, a su vez, la más contemporánea. La Casa Barral vivió sus momentos de más plenitud en el siglo XX. Allí, vivió el editor barcelonés Carlos Barral, donde se reunía con célebres nombres de la literatura como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa o Juan Marsé.

Actualmente, el edificio se ha convertido en el Museo Casa Barral, que renovará completamente su estructura y museografía. La planta baja se convertirá en una sala dedicada al Calafell literario y la primera planta tendrá por objetivo relatar la relevancia literaria de Carlos Barral en el siglo XX, con Calafell como uno de los máximos exponentes.

http://turisme.calafell.cat/es/

Entradas relacionadas

Deja tu comentario